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sábado, 23 de marzo de 2013

Hugo Chávez

chavez-bajo-la-lluvia  La muerte de Hugo Chávez ha provocado,
como era previsible, una emoción popular enorme en Venezuela. También ha conmovido a la opinión pública internacional. Es la consecuencia natural de la atención que suscitó en la política mundial durante la mayor parte de su gestión política. Lo mismo ya ha ocurrido en el pasado con otros líderes de naciones de mediano desarrollo, desde el indio Ghandi, Perón, el egipcio Nasser o el indonesio Sukarno, así como también por Fidel Castro durante la segunda mitad del siglo pasado. Este lugar excepcional se explica por la naturaleza universal de los problemas históricos que han dejado al descubierto. Es la expresión del carácter mundial de los conflictos nacionales.
El parto del chavismo se produjo a finales de febrero de 1989, cuando una rebelión popular -el Caracazo- contra el programa fondomonetarista del gobierno que acababa de asumir, bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez, fue masacrada por una represión ejecutada por el ejército. Fue el final del ciclo histórico del nacionalismo civil pequeño burgués, que encarnó durante cincuenta años el partido Acción Democrática. Tres años más tarde, desde las propias fuerzas armadas emergió una reacción contra los represores del Caracazo, bajo la sublevación de oficiales de menor rango, conducidos por Hugo Chávez, quienes esgrimieron un planteo nacionalista. La sublevación sacó de nuevo al pueblo a las calles -aunque de un modo incipiente- y convirtió a ese golpe militar peculiar (contra el gobierno y los mandos de las fuerzas armadas) en una semi-sublevación popular. En la conciencia del pueblo se alojó la idea de que podría contar a su favor con las armas del país. El chavismo no nace de una combinación parlamentaria ni de un enjuague entre camarillas de partido, sino de una conjunción del nacionalismo uniformado con una parte de las masas. El Caracazo y la sublevación del ’92 son el repique de campanas que anticipa el derrumbe del proceso de privatizaciones y endeudamiento que han caracterizado a la etapa neoliberal. Curiosamente, el menemismo habría de debutar cuando en Venezuela se ponía de manifiesto que éste estaba condenado a acabar en crisis semi-revolucionarias.
Nacionalismo
El nacionalismo militar chavista entronca con la historia de su propio país y de toda América Latina. Es el caso de Perón y de los nacionalismos militares, por ejemplo, en Perú (Velazco Alvarado) y en Bolivia (Juan José Torres), a finales de los ’60, los que nacionalizaron a las compañías petroleras extranjeras y las haciendas azucareras -en algunos casos sin indemnización. Todos estos movimientos, como luego el chavismo, hicieron alarde de alguna particularidad de alcance excepcional, en especial en lo relativo a su líder. El caudillismo refleja la escasa diferenciación social del movimiento de masas y el empeño del nacionalismo de presentar al pueblo como un bloque unido por intereses exclusivamente nacionales. Distorsionan, con este procedimiento, las razones históricas de su emergencia: el protagonismo de las masas, que con acciones y sacrificios repetidos, pusieron en evidencia el callejón sin salida de las relaciones sociales vigentes; por último, la conexión de la crisis social y política en un país con la declinación histórica del conjunto del sistema nacional dominante. La pretensión de representar a la nación o el slogan de la unidad nacional apuntan a justificar el sometimiento político de la clase obrera a lo que se bautizaría “la comunidad organizada”. Es la justificación ideológica del maniatamiento de los sindicatos por parte de una burocracia integrada al Estado.
El movimiento nacional -civil o militar- es una expresión del cepo que la dependencia del capital financiero internacional pone al desarrollo de las fuerzas productivas en los países de la periferia capitalista. Es la expresión de una lucha por defender la parte del ingreso nacional en los recursos que genera el conjunto de la economía mundial. El chavismo no se limitó a utilizar la renta petrolera de Venezuela para el desarrollo de programas sociales de gran alcance; antes de esto, chocó en forma abierta con el capital internacional y sus agentes internos para evitar la internacionalización de PDVSA, la empresa estatal de petróleo, a manos de las bolsas extranjeras. Esta crisis fue la razón que impulsó el golpe militar que volteó a Chávez, en abril de 2002, y el sabotaje petrolero a finales de ese año. En esas fechas, el precio del barril de petróleo todavía se encontraba apenas por encima de los diez dólares, de modo que no es cierto que en la crisis jugara un papel determinante la captura de la renta minera extraordinaria que surgiría luego, debido al alza internacional de precios. La movilización popular que derrotó al golpe de abril y luego al sabotaje petrolero fueron los ’17 de Octubre’ del chavismo, el cual ya se esbozó con el levantamiento de 1992. Una ironía: Hugo Chávez despidió a las masas que se habían movilizado para liberarlo del golpe fascistoide con una llamada a “volver a casa”.
Chavismo y relaciones de propiedad
La derrota del golpe ‘cívico-militar’ convirtió a las fuerzas armadas en chavistas, una consistencia que atravesó la prueba del sabotaje petrolero. El arbitraje político de Chávez encontró en la chavización de las fuerzas armadas un asiento sólido. Este maridaje se fortaleció cuando Chávez resolvió a su favor un enfrentamiento con el general Baduel, el paracaidista que lo rescató en 2002 y que luego se convirtió en la autoridad máxima del ejército. Otra cosa importante es que, incluso en el momento más recio del sabotaje petrolero, la banca internacional no interrumpió el financiamiento a Venezuela, ni Chávez dejó de pagar la deuda externa. Por eso, la nacionalización de algunos bancos -una medida fundamental para cualquier transformación social y para la industrialización- no se produciría hasta muy recientemente, cuando -irónicamente- el Banco Santander consiguió ser comprado por el Estado para hacer frente a la crisis bancaria internacional con el dinero de la jugosa indemnización. En los momentos más duros de sus enfrentamientos recíprocos, el capital financiero internacional tuvo muy claro que el chavismo no tenía interés en romper con las Bolsas, ni era -mucho menos- enemigo de la propiedad privada. Las nacionalizaciones generosamente indemnizadas pierden su contenido anticapitalista, donde el Estado canjea dinero fiscal por capital, y el capital se canjea en dinero privado.
La propaganda antichavista, en especial la del sionismo, imputa a Chávez intereses siniestros a su alianza con Irán. Se trata de otra cosa: el eje Venezuela-Irán es fundamental para contrarrestar la presión de Arabia Saudita y los emiratos del Golfo, instigados por las petroleras anglo-franco-yanquis para que la Opep reduzca los precios del petróleo. Chávez y los ayatollahs defienden la parte de sus países en el ingreso económico mundial -incluso si esto perjudica a naciones no petroleras de la periferia. En compensación, Chávez ha otorgado a varias de ellas precios preferenciales, por lo que ha fortalecido con ello la autoridad de Venezuela en la disputa energética.
El chavismo proclama un “socialismo de siglo XXI”, pero es un socialismo de reparto parcial de la riqueza social, no de la transformación del capital en propiedad pública, ni del Estado en dirección colectiva de las masas. La llamada “redistribución del ingreso” ha mejorado considerablemente, a partir de niveles miserables, pero ese ingreso sigue siendo el de la renta petrolera. Chávez ha procedido a numerosas nacionalizaciones, las principales a cambio de indemnizaciones generosas para los grandes capitales: Verizon, la norteamericana de telecomunicaciones; Sidor, la siderúrgica de Techint, pagada con extrema generosidad; lo mismo las cementeras del mexicano Slim. En el campo no ocurrió lo mismo, porque se comprobó que los títulos de propiedad de los expropiados eran fraudulentos. Estas nacionalizaciones no respondieron a un plan; fueron improvisadas por la propia crisis. La planificación requiere el concurso consciente del proletariado, su independencia política de clase. Por ejemplo, cuando faltó cemento para los planes de vivienda o cuando el gobierno no logró conciliar el choque de Techint con los obreros de Sidor, se nacionalizaron las cementeras y las siderúrgicas -pero no cambió, por eso, en forma sustancial la producción de unas y otras, sino la importación. Los grandes capitales hicieron los petates cuando concluyeron que no les interesaba el escenario económico prevaleciente. Pero Venezuela no se transformó en país industrial; sigue siendo monoproductor de combustible. La redistribución de ingresos se hizo con la caja de PDVSA, la cual se encuentra muy endeudada y con un fuerte desequilibrio económico debido al congelamiento del valor del bolívar en un contexto inflacionario. Los límites de PDVSA se manifiestan en el lugar protagónico del capital extranjero (con la única exclusión de Exxon) en la explotación de la Franja del Orinoco. La crisis de PDVSA es la razón principal de la decisión reciente de devaluar el bolívar fuerte (darle más moneda nacional por dólar exportado).
Al igual que las experiencias nacionalistas del pasado, la de Venezuela ha fracasado en el objetivo de asegurar un desarrollo nacional autónomo. Esto no es posible en el estadio de declinación del capitalismo mundial. Pero del mismo modo, Venezuela emerge de esta experiencia con un Estado más centralizado, con el retroceso relativo de los sectores más parasitarios del capital nacional y, por sobre todo, con una presencia más activa de las masas. Cualquier cambio de frente del proceso económico contará con estos factores como herramientas de trabajo.
Perspectivas
El chavismo ha combatido el desarrollo de un sindicalismo independiente. El Código de Trabajo introduce conquistas importantes para trabajadores tercerizados, pero impone el arbitraje obligatorio y la facultad del Presidente para decidir la legalidad de cualquier huelga. Las paritarias no se convocan cuando vencen los convenios; los salarios en la gran industria no han mejorado. Hay una estatización de los sindicatos.
La muerte de Chávez bloquea la posibilidad de que las masas de Venezuela agoten la experiencia política con su tentativa nacionalista. Las críticas o decepciones que pueda provocar la nueva gestión dejarán a salvo a esta experiencia histórica tomada en su conjunto. Desde el punto de vista del desarrollo de la conciencia de clase, la muerte de Chávez representa un bloqueo.
La muerte de Chávez crea, objetivamente, una crisis de régimen político, el del poder personal. Los sucesores deberán encontrar una salida alternativa. Gran parte del círculo que gobierna representa lo que el mismo pueblo chavista llama la “derecha endógena”. Una alternativa es que, luego de las próximas elecciones, el sistema político se ‘kirchnerice’ (algo irónico cuando se acusa a los K de ‘chavizarse’). Consistiría en una cierta parlamentarización del sistema en detrimento del verticalismo actual y de las organizaciones paralelas a las oficiales -como es el caso de los consejos comunales. El chavismo no está unido por un programa ni es homogéneo en términos sociales; aunque bullen las críticas en su seno, funciona como un aparato de Estado e incluso paraestatal. El nuevo gobierno deberá hacer frente, sin la autoridad de Chávez, a la desestabilización económica que crece y a devaluaciones aún mayores de las monedas. Sería un ajuste sin anestesia, en medio de un cambio de régimen. La última devaluación fue presentada por el equipo actual como una decisión que Chávez habría tomado en La Habana. Existe una fuerte crítica interna a la gestión distorsionada de la información sobre la enfermedad de Chávez, la que se ha interpretado como funcional al equipo que está al mando.
Después de las nuevas presidenciales, deberán tener lugar las elecciones municipales, las cuales han sido postergadas varias veces. Aquí, la oposición de derecha podría incrementar su representación. La división de la derecha, como lo observó hace poco Diosdado Cabello -presidente de la Asamblea nacional y presumible líder de la ‘derecha endógena’- “ustedes están más divididos que nosotros”. Es cierto. Acicateada por el uribismo colombiano, por los republicanos de Estados Unidos y por financieros venezolanos, una minoría activa impulsa la desestabilización. Parece encabezarla el alcalde de Caracas, Ledezma. Capriles sería la cabeza de la fracción conciliadora. En esta crisis de conjunto, las fuerzas armadas constituyen la carta de reserva para bloquear una disgregación política.
Se ha hablado hasta el hartazgo del liderazgo continental de Chávez. Cuando se mira con más cuidado es ese liderazgo el que operó, al menos en los últimos años, a la sombra del empuje de las mineras y contratistas brasileñas, las que han impuesto su agenda a través del ‘gobierno de los trabajadores’ de Lula y Dilma Roussef. La Unasur es un satélite de la diplomacia brasileña. Desde las ‘reformas’ en Cuba a las negociaciones con las Farc o los acuerdos con Irán, el operador fundamental ha sido Brasil, no Chávez -o sea la Bolsa de San Pablo (un santuario de los grandes bancos de inversión). No es casual que el Banco del Sur haya muerto a manos de los intereses del BNDES -el banco de desarrollo de Brasil (el cual financiará las obras hidroeléctricas de las contratistas brasileñas en la patria chica de CFK).
Se ha creado una situación nueva en América Latina. El desafío principal que ella representa es para la izquierda, la que es marginal a todo este proceso.
Sin embargo, debería ser la protagonista histórica principal. Debería abrirse un debate continental para caracterizar esta nueva situación y sacar de ella todas las conclusiones revolucionarias.

Jorge Altamira

martes, 15 de diciembre de 2009

LAS ELECCIONES EN BOLIVIA

El significado de la victoria de Evo Morales

Evo arrasó con una votación masiva luego de haber logrado dar estabilidad al régimen político del altiplano. No es poco decir, si se tiene en cuenta que el reelegido presidente asumió en medio de una crisis revolucionaria profunda.

Morales ganó incluso en la llamada “media luna”: ganó en Tarija (49 a 40 del derechista Manfred Reyes Villa) y se imponía en Pando. El lunes 7 persistía un empate técnico en Santa Cruz (43,5 por ciento el MAS; 43,2 el Plan Progreso para Bolivia, PPB). Sólo en la atrasada amazonía del Beni la derecha lograba ventajas claras. He ahí el reflejo electoral de la derrota de la sedición derechista en setiembre de 2008.

Las elecciones del domingo 6 muestran el cierre provisorio de un ciclo político: el comenzado con la insurrección de octubre de 2003 en la “guerra del gas”, que derrocó al gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. A su modo, la emergencia de Morales es producto de aquel levantamiento popular, que él, con la enorme ayuda de la Central Obrera Boliviana (COB) se ocupó de desviar hacia un recambio “constitucional”, de modo de impedir que la insurrección encontrara el camino del poder y permitiera la asunción de Carlos Mesa.

Las leyes inviolables

Para entender la sustancia del gobierno del MAS, antes que a Morales se debe interrogar a su vicepresidente, Álvaro García Linera, arquitecto del programa que se aplica hoy en Bolivia, que él llama “capitalismo andino”.

En una entrevista con Clarín (5/12), cuando se le pregunta si se expropiarán tierras en su nuevo periodo de gobierno, contesta:

“Jamás iremos en contra de una Constitución que nosotros mismos hemos construido, y ahí están los parámetros sobre la tierra: extensión máxima, respeto a la propiedad (...) Ni locos iremos contra la Constitución”. Ni locos expropiarán una sola parcela. El punto sobre “extensión maxima” de la propiedad territorial es una falacia, puesto que no afecta a los latifundios actuales y, por lo tanto, no resuelve la cuestión del campesinado sin tierra.

Linera es muy claro: la nueva Constitución Política del Estado establece el respeto inviolable por la propiedad privada y prohíbe cualquier incautación de tierras. La vieja consigna de la revolución de 1952, “tierras al indio”, no será cumplida por el gobierno indigenista. Era cosa sabida, pero constituye todo un símbolo que Linera lo recuerde un día antes de la arrasadora victoria electoral de su partido.

A partir de esa línea gruesa, las finas se advierten en toda su magnitud.

Por ejemplo, no tuvo demasiada difusión en la prensa el viaje relámpago que, pocos días antes de las elecciones, hizo a Bolivia el presidente de Repsol, Antonio Brufau. El titular del pulpo petrolero y Evo Morales “aprovecharon la ocasión para estrechar unos lazos de amistad y cercanía que subrayan un clima de entendimiento y cooperación mutua” (Buenos Aires Económico, 6/12). No es para menos: las concesiones recibidas por Repsol violan incluso, en buena medida, el limitado decreto de nacionalización petrolera de 2006.

Esas concesiones, por cierto, no han impedido que por falta de inversiones de las empresas decreciera la producción de gas, al punto que Bolivia, durante los tres últimos años, sólo ha podido venderle a la Argentina 3 millones de metros cúbicos diarios contra los 7,7 millones comprometidos. Es más: los amplios planes sociales que le dieron a Morales buena parte del alud de votos recibidos el domingo 6, debieron limitarse porque el Estado tuvo que suplir esa falta de inversiones de los privados, lo cual también se opone al decreto de nacionalización.
Esa nacionalización, en verdad, no nacionalizó nada. Sólo ha obligado a los pulpos a pagar determinadas tasas y ni siquiera eso se cumple, porque como denunciara Andrés Soliz Rada, ex ministro de Hidrocarburos, las empresas adulteran las declaraciones sobre sus volúmenes de producción y el gobierno no las controla. Aun así, esas tasas, junto a los precios extraordinarios del petróleo entre 2006 y 2008, permitieron al gobierno distribuir 320 millones de dólares anuales en asistencia social, mediante bonos de cobertura a diversos rubros (ancianidad, escolaridad, maternidad y otros).

Por todo eso, y porque fue capaz de contener y diluir el levantamiento popular de 2003 y el de 2005, y de evitar que la movilizacion campesina aplastara a la derecha en 2008, Evo Morales se ha ganado la confianza de la burguesía, especialmente la de Santa Cruz.

¿Y ahora?

La COB, después de facilitar la superación “constitucional” de la insurrección que derrocó a Sánchez de Lozada en 2003, pasó a una gritería abstencionista estéril para volver, ahora, a una adaptación en toda la línea al gobierno nacionalista. Así, mientras la actual conducción de la COB se propone convocar a un congreso para “refundar” programáticamente a la central (eliminar de su programa el objetivo histórico del gobierno obrero), su ex ejecutivo Jaime Solares (el abstencionista de 2005) fracasó en su intento de postularse a la presidencia aliado con un sector de la derecha, después de fracasar también su proyecto de acuerdo con otra franja derechista (cooptada luego por el MAS), en ese caso con la cobertura “izquierdista” del PST y el MST bolivianos. El POR, una vez más, se refugió en la abstención.

En definitiva, el proceso de la revolución boliviana ha ingresado en un nuevo periodo, distinto del que se abrió en octubre de 2003. Una dirección política históricamente consistente debería acompañar la experiencia de las masas atrapadas (por el momento) en el nacionalismo burgués indigenista, en la perspectiva de recuperar la independencia de clase que se encuentra en la base de la riquísima tradición de lucha del proletariado boliviano.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Dubai: un síntoma, no un hecho aislado

El ‘default’ de la deuda de un emporio semiestatal del emirato de Dubai fue despreciado enseguida como un hecho aislado, sin capacidad para alterar la llamada recuperación económica internacional. La crisis mundial, según los que piensan de esta manera, habría quedado irrevocablemente atrás. El error de semejante caracterización es, sin embargo, tanto de fondo como de forma. Es que el ‘default’ en cuestión es algo más que un hecho aislado, es un síntoma. Todo el sistema bancario mundial se encuentra en la misma situación, no puede hacer frente a sus deudas. El FMI estima las pérdidas inevitables de los grandes bancos, hasta finales de 2010, en 3 billones y medio de dólares, pero sólo tiene en cuenta su balance público, no el sistema financiero satelital de esos bancos, que se encuentra fuera de las regulaciones estatales. Dubai señala hacia dónde va el resto, pues en definitiva fue dejado a la deriva por el emirato de Abu Dabi y por la Unión de Emiratos Árabes, que tienen enormes ingresos petroleros. Esta prescindencia estatal puso sobre el tapete la solvencia de las llamadas deudas soberanas, o sea las estatales, que se han incrementado enormemente como consecuencia de las operaciones fiscales de rescate y de la caída de los ingresos públicos.

También se confunden los que reducen la importancia del ‘default’ de Dubai a los 80 mil millones de dólares de deuda que ha acumulado, esto porque en el sistema financiero moderno cada dólar de deuda genera hasta 60 dólares de ‘derivados’, o sea la secuencia de contratos de seguros en cadena que se crean con cada deuda que se contrae. Es por eso que al minuto siguiente del anuncio del ‘default’, la tasa de riesgo de esos contratos ‘derivados’ se disparó hasta en un 30% –lo último que necesitan que ocurra los bancos y financistas endeudados.

No es por casualidad, entonces, que inmediatamente después del anuncio del ‘default’, los ojos de la prensa financiera se hayan vuelto a poner sobre Grecia. Un columnista muy bien informado del Financial Times no demoró en informar que la Unión Europea ya ha decidido no asistir al rescate de un ‘default’ griego, cuya deuda pública se acerca al 150% del PBI (esto suponiendo que no mienta, como Grecia seguramente lo hace). En su defecto, el flamante gobierno socialista a orillas del Egeo deberá recurrir al FMI, lo cual implica establecer un programa de despidos y reducciones de salarios como los que ya han ocurrido en Letonia y Lituania –donde la poda de los sueldos ha sido superior al 40% ¡en términos nominales! en solamente un año. Que Grecia soporte semejante hachazo está puesto en duda por todo el mundo, o sea que el gobierno corre el riesgo de caer antes de cumplir un par de meses en funciones. Italia e Irlanda no están muy distantes de los helenos; en el gobierno de Berlusconi se ha abierto una crisis contra la política de austeridad del ministro de Economía, Tremonti. Por ésta y por otras razones poco santas, ya se barrunta la caída de Berlusconi. La secuencia de los acontecimientos sigue el modelo de la depresión del 30: cae la Bolsa, luego no pasa nada, un día quiebra un banco de Austria –y todo al diablo. De nuevo, no hay que confundir el síntoma de una gangrena con la soledad de una picadura. La minúscula Dubai, después de todo, se ha visto forzada a retirar órdenes de compra de aviones a Airbus y a Boeing, por 20 mil millones de euros y nueve mil millones de dólares, respectivamente, que su compañía de aviación ya no necesita por la caída del turismo y de los negocios. Ahora se ha armado una flor de disputa por la apropiación la aerolínea de bandera de la ciudad-estado.

El ‘default’ aislado de Dubai no solamente encareció la tasa de interés de los contratos derivados en todas las plazas de Europa y en Estados Unidos. Afectó más que nada a los bancos ingleses y al Citi, los mismos que han sido los más golpeados por el derrumbe mundial. También suscitó un temblor de grado razonablemente elevado en los llamados países emergentes, que de pronto vieron como se disparaban hacia fuera los capitales golondrinas que habían ingresado en masa en los últimos meses. Como consecuencia, el dólar subió y el resto de las monedas, incluso el euro, comenzó a caer, con la excepción previsible del oro, que sube y no deja de subir con independencia de lo que ocurra con las monedas, esto porque es el reflejo de la tendencia al hundimiento de todo el sistema monetario. Dubai ha sido una advertencia para quienes apuestan al futuro radiante de Brasil, por ejemplo, pues cuando la gangrena vuelva a manifestarse, esos capitales saldrán en estampida por sobre todo en Brasil.

Existe una campaña publicitaria enorme para disimular el agravamiento de la bancarrota capitalista. Se magnifican y distorsionan datos y se los descontextualiza. Lo cierto es que la crisis de las hipotecas sigue y crece: se ha extendido a las residencias ‘prime’ y a las comerciales, de lo cual Dubai es un ejemplo, y que la gigantesca deuda llamada ‘estructurada’ –o sea que se emite contra el respaldo de hipotecas, obligaciones comerciales y tarjetas de crédito– está asentada en un pantano.

Jorge Altamira (para Luis Oviedo, un apasionado del catastrofismo)

viernes, 16 de octubre de 2009

La clase obrera ante la crisis mundial

Cuadro de situación

La cadena de suicidios de trabajadores en France Telecom (FT) –veinticuatro desde inicios de 2008 y con otros trece intentos fallidos– es un testimonio desgarrador de la realidad de la explotación capitalista. FT emplea a más de 100.000 trabajadores en el mundo, 65.000 en Francia. La empresa fue privatizada en 1997 y desde entonces fueron echados 70.000 trabajadores en sucesivas “racionalizaciones”.

A partir de 2008, en consonancia con el desencadenamiento de la crisis capitalista, FT lanzó una ofensiva despiadada para lograr el retiro anticipado de miles de trabajadores. Forzó, en estos últimos tres años, a cambiar de lugar de trabajo a 10.000 dependientes, con des-localizaciones obligatorias y cambio de tareas, asignando incluso personal técnico a oficinas de ventas y centros de llamadas. Son variantes de un régimen de flexibilidad laboral que tiene matriz inglesa (el programa Orange) y que tiene por fundamento, según un periodista especializado en relaciones laborales: “destruir sistemáticamente todo trabajo colectivo que pudiera representar un obstáculo al ascenso del individualismo” (Página/12, 20/9). “Nos han establecido objetivos imposibles de alcanzar, cambiando la gente de los puestos bruscamente, bajo el pretexto de que si seguimos largo tiempo en una posición, uno no es eficaz”, denuncia una trabajadora (Clarín, 15/9).

La perversidad del régimen es escalofriante: de un día para otro un trabajador es enviado a cubrir un puesto a 50 ó 100 kilómetros, ningún responsable intermedio permanece en el puesto más de tres años –una consigna tomada del ejército e inspirada en evitar que los jefes se encariñen con sus empleados y puedan ser una traba a las sucesivas “modernizaciones”. Rige la consigna “una llamada, una venta”, y exige, a la vez, la destrucción sistemática de todo núcleo sindical. FT justifica este orden dictatorial en la gigantesca batalla comercial que la enfrenta a otros pulpos y en la mutación tecnológica en el terreno de las comunicaciones. Lo que viene a decir es que los otros pulpos hacen lo mismo que ella.

France Telecom es sólo la punta de un iceberg que sube implacablemente a la superficie como consecuencia de la bancarrota capitalista. El 29 de enero de este año hubo en Francia manifestaciones obreras con más de 2,5 millones de personas. Fue encabezada por una serie de consignas ambiguas, suscriptas por las ocho centrales sindicales. Asimismo, tuvieron lugar paros generales con movilización el 29 de enero, el 19 de marzo, el 1º de Mayo... Esta serie de paros y movilizaciones fueron concebidos para descomprimir una situación de deliberación política profunda en todas las capas sociales explotadas y oprimidas frente a la ofensiva capitalista.

En Francia, Inglaterra y España, como en otros países, la ofensiva capitalista significó, antes que nada, el despido masivo de transitorios y precarios, pero comienza a golpear a una franja del proletariado estable y amenaza con el cierre de grandes empresas (en especial sucursales de las automotrices). A la vez, se ha puesto en discusión profundos cambios en la legislación laboral de la Unión Europea. A mediados de 2008, los ministros de empleo de la Unión aprobaron la nueva directiva de tiempo de trabajo, que hubiera permitido ampliar la jornada laboral máxima a 65 horas semanales, con el visto bueno del Reino Unido, Francia e Italia. La norma fue rechazada por el Parlamento Europeo a fines de ese año, pero la decisión no cerró la cuestión porque “Gran Bretaña y otros países, en especial los ex comunistas, anunciaron que persistirán en su iniciativa” (entre estos “otros” países se encuentran, de nuevo, Francia e Italia) (Clarín, 18/12/08). En julio de 2009, “la posibilidad de trabajar los domingos en las zonas turísticas está creando un debate fenomenal en el país, cuando los diputados franceses vuelven a examinar la ley sobre el trabajo dominical” (Clarín, 9/7).

Otro motivo de deliberación es la aplicación de la Directiva Bolkestein, que establece el Principio del País de Origen (PPO), lo que permite a una empresa ofrecer un servicio en un país diferente al suyo bajo el amparo de las leyes del país donde tiene su sede1.

En los días subsiguientes a la huelga del 29 de enero, estallaron paros en dos plantas de Renault contra la supresión de la prima de participación obrera en las ganancias; en Guadalupe y Martinico se produjo la extraordinaria huelga general. La huelga en estos territorios fue dirigida por la coalición LKP -“Rebelémonos contra la explotación”, que unió a 49 sindicatos y organizaciones sociales y levantó un programa de 132 reivindicaciones encabezado por 450 euros del salario básico. Arrancó 200 euros de aumento y la rebaja de un 20 % de un centenar de productos de primera necesidad.

En Francia se propagaron las huelgas, ocupaciones de plantas, movilizaciones, bloqueo de rutas y toma de rehenes. Este último aspecto fue destacado con temor por la prensa mundial, porque es un termómetro del caldeado ánimo de las masas.

Hay una participación creciente de obreros industriales en las huelgas generales. En los conflictos de fábrica más importantes y duraderos (Continental y Lear, como ejemplos) se ha votado la elección de comités de huelga. En cuanto al programa, en el caso de la fábrica Caterpillar, los trabajadores enfrentaron una “racionalización” capitalista que significaba despedir 733 obreros de un total de 2.500 en toda Francia con la exigencia del reparto de las horas de trabajo. “Hemos propuesto pasar a 32 horas, pero la dirección no ha querido saber nada”, dio a conocer uno de sus dirigentes. En cuanto a la elección de los comités de huelga se trata de una reacción frente al sabotaje de las direcciones sindicales. Cada planta decide por su cuenta y las “jornadas nacionales de movilización” canalizan la tensión y le dan respiro a la ofensiva.

Otro componente de enorme peso es la intervención de la juventud estudiantil y de los barrios. Las universidades se ocuparon, en Francia, a favor de la huelga de los docentes e investigadores, que duró más de dos meses. “Desde un punto de vista global, nuestro mercado es tan flexible como el de los Estados Unidos o el Reino Unido. El problema del mercado francés se debe a que sólo un 15% de las personas está en la franja de los contratos precarios” (declaraciones de un empresario en www.usinenouvelle.com.ar).

En Inglaterra, a fines de mayo, estalló una huelga en la refinería Total de Lindsey. Allí, una unidad de desulfuración fue subcontratada a una empresa siciliana, Irem, que reemplazó la mano de obra británica por 200 trabajadores italianos y portugueses no sindicalizados. Los obreros ingleses, sospechando que se habían violado las normas sobre salario y condiciones de trabajo, fueron a una huelga caracterizada de inmediato como salvaje porque no tuvo el apoyo del sindicato oficial. Aunque los medios y el gobierno lanzaron una campaña contra las huelgas chauvinistas, se paralizaron veinte centrales y refinerías en todo el país. Los huelguistas enfrentaron la legislación laboral, adoptada bajo Margaret Thatcher y sostenida por el Nuevo Laborismo, que prohíbe y castiga las huelgas de solidaridad. Aunque las pancartas decían “empleos británicos para trabajadores británicos”, ese slogan nunca formó parte de las reivindicaciones del comité de huelga electo que, por el contrario, exigían las mismas reglas para todos los asalariados cualquiera fuese su nacionalidad. La consigna nacionalista fue dejando el lugar a otra: “trabajadores de todos los países, unámonos”. Finalmente, el movimiento de la refinería de Lindsey terminó el 4 de febrero con un acuerdo que estableció la creación de 101 puestos suplementarios, fuera de los otorgados a portugueses e italianos, y el reconocimiento del derecho de los sindicatos a controlar las condiciones laborales y remunerativas de unos y otros (“La mentira de las huelgas racistas en Gran Bretaña”, Le Monde Diplomatique 165, julio de 2009).

En España, la crisis capitalista se abate sobre los trabajadores en forma concentrada y está en desarrollo una crisis política general. Existe un ascenso vertiginoso de la desocupación, con un millón de parados en un país que ha pasado a encabezar rápidamente el ranking de desocupación en toda Europa (18,5% y proyección de 20 hacia el fin del año). El acuerdo de negociación colectiva, centrado en el salario, no se ha renovado por primera vez en seis años. Los sindicatos reclaman un aumento del 2% y la central empresaria considera que deben subir entre el 0 y el 1%, sujetos a otras concesiones de los trabajadores. La central empresaria está lanzada a una agresiva política de guerra social, planteando una reforma laboral que incluya el abaratamiento del despido (en España se paga 45 días por año trabajado al empleado efectivo al que se despide y la patronal reclama bajarlo a 16). El millón de desocupados ha agotado el seguro de desempleo y el gobierno ha lanzado un seguro de 420 euros por seis meses para desocupados que tengan ingresos inferiores al 75% del salario mínimo, previendo llegar a sólo 600.000 desocupados de una cifra que se estima mucho mayor. La ofensiva de las patronales apunta, además de la rebaja de las indemnizaciones, al congelamiento salarial 2009-2010. El movimiento obrero no atina a responder a los furiosos golpes que asestan los capitalistas: las huelgas en el primer período del año han llegado a su nivel más bajo en cinco años.

1. “Un ejemplo palpable de la aplicación del PPO sucedió en la ciudad sueca de Vaxholm, donde una empresa letona ganó un concurso de construcción y se consideró libre para aplicar a sus trabajadores el salario letón”

domingo, 27 de septiembre de 2009

CON EL PUEBLO DE HONDURAS Y LOS OBREROS DE TERRABUSI

Las cosas hay que decirlas como son: la epopeya del pueblo de Honduras y la huelga de los obreros de la ex Terrabusi forman parte de una misma lucha.

Es que detrás de la máscara de los Michelleti, las masas de Honduras son explotadas y hambreadas por los mismos pulpos, como Kraft, que explotan a los trabajadores argentinos y les niegan sus más elementales derechos democráticos.

Los hondureños tienen derecho a un gobierno propio y a una Asamblea Constituyente.

Los trabajadores de la ex Terrabusi tienen derecho a un trabajo digno y a una representación sindical propia, como su cuerpo de delegados y su comisión interna, sin las burocracias que trafican medicamentos truchos o compran con dinero ajeno lujosas fincas.

Las masas hondureñas se han levantado para hacer valer sus derechos y nuestros trabajadores, por la misma razón, están en huelga, se mantienen dentro de la empresa y cortan las rutas.

En Honduras, la policía y el ejército se han lanzado a una represión feroz para defender la dominación de los amos del país; lo mismo hace aquí la infantería instalada en la planta, lista para volver a arremeter contra los trabajadores.

La Presidenta de Argentina se encuentra en la Asamblea General de la ONU, donde seguramente dirá las palabras apropiadas contra los golpistas hondureños, pero nada más que eso; le teme como a la peste que se produzca una victoria popular.

En su país, Argentina, no llega ni a la demagogia; insta a sus secuaces a que hagan todo lo que posible para derrotar a los obreros de Kraft-Terrabusi.

Por eso, el ministerio (¿de Trabajo?) protege a la patronal extranjera, mientras que (¿el sindicalista?) Moyano denuncia a los que se supone que son sus compañeros y defiende sin vergüenza los intereses de los gringos.

Mientras tanto, ¿dónde están los demócratas de la palabra y de la libertad audiovisual? Pues nadie los vio utilizando sus medios de comunicación y sus sindicatos (Yasky) para defender a los trabajadores de Kraft.

Como en Honduras, los trabajadores que apoyamos la lucha de los compañeros de la ex Terrabusi hemos salido a cortar rutas y a desarrollar movilizaciones a lo largo de todo el país, porque una victoria en Terrabusi servirá para poner un límite a la explotación capitalista, conquistar nuevos derechos, democratizar los sindicatos y echar de ellos a los mafiosos que los manejan con la complicidad de los gobiernos patronales.

¡Viva el pueblo de Honduras y nuestros compañeros de Terrabusi, carajo!

Honduras: la tercera es la vencida

El dato más relevante de la aparición del presidente Zelaya en la embajada de Brasil en Tegucigalpa es el inédito respaldo que recibió de la mayoría de los bloques políticos y de los monopolios mediáticos de Brasil. No es poca cosa el respaldo que ofreció a la movida la red Globo, que es una suerte de Clarín elevado al cuadrado. Cualquiera que esté al tanto del faccionalismo de la política brasileña y de la hostilidad mediática hacia el PT no podría dejar de notar esta circunstancia. En este operativo retorno, Lula ha contado con el apoyo de esos mismos rivales que le han boicoteado hasta ahora la incorporación de Venezuela al Mercosur, o que lo acosan por su apoyo al ultracorrupto José Sarney –un líder del partido de gobierno en coalición con el PT–, o por sus relaciones con el Movimiento de Trabajadores sin Tierra (aunque en Brasil lo único que progresa es la concentración del capital agrario). Este relevamiento de datos pone al descubierto otro dato aún más importante, que es la marginación de Chávez del operativo retorno. Cuando se juntan estas puntas es inevitable sacar la conclusión de que Lula contó con el apoyo de Obama – si no desde el vamos, al menos desde que la empresa entró en su cuenta regresiva. Nada podría conformar más al yanqui que una operación democrática que deje a Chávez fuera del juego. Es una buena forma de retomar una agenda política que procura colocar en la órbita norteamericana a la mayoría de los gobiernos que coquetean todavía con el movimiento bolivariano. De cualquier manera, es necesario destacar que la operación dejó también al margen a buena parte del ‘staff’ del Departamento de Estado de Obama, que enseguida se declaró “sorprendido” por lo que había ocurrido, pues de otro modo la filtración de la movida habría desencadenado el bloqueo de los ‘halcones’ de la administración demócrata y de los republicanos. Obama, muy tempranamente, se ve obligado a gobernar con métodos conspirativos dentro de sus propias filas. El norteamericano tampoco podía seguir perdiendo tiempo: luego de haber anunciado que no reconocería las elecciones hondureñas que deberían tener lugar en noviembre, tuvo que soportar, como una señal de la alerta, la afirmación en sentido contrario de parte del presidente de Panamá – un libreempresista estilo 90. No podía correr el riesgo de que también se le descolgara su aliado militar Uribe. Había que jugar las cartas. Los brasileños, en apariencia tan reticentes a los gestos y a las acciones espectaculares (por supuesto que sólo en el campo diplomático), dejaron pagando en este caso hasta a los más extrovertidos. ¿Por qué será? Desde los acuerdos de Lula con Bush, que autorizan a las empresas brasileñas a exportar biocombustibles sin gravámenes hacia Estados Unidos desde América Central, Brasil ha jugado fuerte en la región.

Lo prueba la cuña que logró meter entre el presidente Funes, de El Salvador, y su partido, el FMLN, con tendencia al chavismo. Por esa misma razón, desde Brasil se ha apoyado a las ONGs que participan del movimiento nacional contra el golpe en Honduras. Las uñas que Lula le cortó al PT puertas adentro del país se las afiló para que sirva a su política extranjera. Zelaya ya había adelantando, hace dos semanas, al The Washington Post (6/9), que su vuelta a casa tendría lugar antes de las elecciones de noviembre. Por fin hay alguien que cumple lo que promete. Después de dos intentos fracasados, Zelaya vuelve de la mano de los gobiernos capitalistas encabezados por un afro, descendiente de ghaneses, y un emigrante de la miseria del nordeste brasileño.

El pueblo, unido

Naturalmente que un factor decisivo (el mayor) en el giro de los acontecimientos hondureños ha sido el papel de las masas. Han estado noventa días en una movilización ininterrumpida. Como consecuencia de la crisis económica se habían incorporado a la protesta nuevos sectores. La parálisis comercial es cada vez mayor, lo que ha colocado a muchos sectores de la burguesía media al borde de la ruina. Los movimientos populares anuncian una situación insurreccional en varias partes del país y en los barrios de la capital. Las elecciones iban de todos modos al fracaso, y en todo caso no delineaban una normalización del proceso político sino mayores perturbaciones. A alguien se le ocurrió que era mejor no dejar para mañana lo que se podría perder por completo incluso hoy. Lula y Obama saben bien que el compromiso propuesto por Arias y aceptado por Zelaya está muerto. Nadie logrará que el mandatario depuesto se limite a presidir las elecciones que ganarán sus adversarios. La aceptación de un interinato para Zelaya sería una forma de amortiguar la convocatoria inevitable de una Asamblea Constituyente en un plazo previsible (o sea de limar por completo cualquier tendencia revolucionaria que anide en el pueblo). El proceso normalizador lo piloterían Lula y Obama, que dejarán convenientemente afuera el asunto de las bases colombianas y el supuesto peligro que corre la Amazonía. Deberán discutir un pacto global –‘um verdadeiro sonho brasileiro’.

Es claro, sin embargo, que una crisis que obliga repetidamente a la adopción de medidas excepcionales no tendrá una salida súbita. Obama está enfrentando una crisis bastante mayor en Afganistán, donde sus militares lo han emplazado a que refuerce la intervención militar y, por lo tanto, a que encare una decidida militarización de la política y de la economía norteamericana. Por otro lado, los criminales de guerra (oficialmente declarados como tales) de Israel insisten con la necesidad de noquear con armas nucleares las instalaciones de Irán. Tampoco nadie cree en la solvencia de la recuperación de la economía, que necesitaría nuevas dosis aún de ‘estímulos’ fiscales y financieros – que ya alcanzan, sin embargo, a escala mundial, unos veinte billones de dólares. Al cabo de ocho meses de gobierno, Obama no ha logrado imponer todavía ninguna política clara. Por eso Honduras puede convertirse en un campo de pruebas entre las varias líneas que dividen al imperialismo. Hasta Zapatero está descubriendo en España los escozores de una labor ‘destituyente’ por parte del bloque de sus adversarios, que no simpatizan tampoco con Obama.

Transición histórica

¿Qué hacer? La crisis hondureña es un nuevo peldaño en la transición política revolucionaria por la que atraviesa América Latina. Es necesario latinoamericanizar el combate hondureño con gigantescas movilizaciones de solidaridad y proceder a una clarísima delimitación de los gobiernos capitalistas democratizantes, siempre dispuestos a salvarle las papas al imperialismo. Asimismo, es necesario también convertir a Honduras en un punto de encuentro de todos los movimientos de masas de América Latina; de un lado para apoyar la revolución hondureña, del otro para conquistar, mediante la acción, una dimensión internacional. Ya no se trata de realizar Forum sociales con la rutina del reloj, sino de desarrollar un plan de acción para desembarazar a América Latina del imperialismo, desarrollar la revolución agraria, abatir a las oligarquías locales y al capital financiero, impulsar la revolución educacional y universitaria, y convertir al proletariado de la ciudad y del campo en vanguardia de una revolución social.

Jorge Altamira

martes, 22 de septiembre de 2009

ÚLTIMO MOMENTO - Honduras

Gobierno de Facto Continúa con la Represión en Honduras

Tegucigalpa, Honduras. 21 de Septiembre del 2009.

El Frente Nacional Contra el Golpe de Estado informa que miles de miembros de la resistencia se han acercado a las inmediaciones de la Embajada de Brasil para proteger al Presidente Manuel Zelaya Rosales. Actualmente, los hombres y las mujeres que participan en la vigilia viven un ambiente de celebración a pesar de que el gobierno de facto decretó en horas de la tarde un "toque de queda" ilegal (4:00 pm a 7:00 am), cortó el fluido eléctrico en la zona alrededor de la Embajada de Brasil y ha amenazado con realizar un desalojo. En esta vigilia se encuentran miles de compatriotas provenientes del interior del país.

Se ha notificado que el ejército estableció retenes militares a lo largo de las carreteras que conducen a Tegucigalpa, deteniendo a miles de hondureños que intentan llegar a la capital. Por otro lado, el gobierno de facto ha agredido la libertad de expresión al cortar la luz en la zona donde se encuentran la radio emisora Radio Globo y la televisora Cholusatsur, empresas opositoras al golpe de estado que transmitían ampliamente lo ocurrido entorno al regreso del Presidente Zelaya.

En horas de la noche el gobierno de facto ha determinado suspender indefinidamente los vuelos internacionales y prolongar el estado de sitio para mañana desde las 7:00 am. hasta las 6:00 pm.

El Frente Nacional Contra el Golpe de Estado condena rotundamente las acciones represoras del gobierno de facto y responsabiliza a Roberto Micheletti y Romeo Vásquez Velásquez de cualquier agresión en contra de los compañeros y compañeras de la resistencia que resguardan al Presidente Manuel Zelaya Rosales o intentan trasladarse a Tegucigalpa.

jueves, 6 de agosto de 2009

NACIONALICEMOS EL GAS, Y PUNTO

Las tarifas del gas han subido un 400 por ciento.

¿Por qué?

Una, para engordar a las petroleras, que reclaman el precio internacional. La otra, para engordar a De Vido, que maneja el ‘cargo fijo’ que financia los fondos que importan gas a ese precio internacional.

El precio del gas debe estar de acuerdo con el costo de producirlo, no con la ganancia rentística de los pulpos internacionales.

Un barril de cinco dólares no puede venderse al precio de sesenta o setenta dólares (aunque el año pasado llegó a 150).

¿Cómo conocer cuál es ese costo?

Simplemente, mediante la apertura de los libros de esos pulpos, por parte de una comisión popular.

Los pulpos dicen que sin una tarifa más alta no pueden invertir, pero las carradas de dinero que ganaron hasta ahora, las invirtieron, en su mayor parte, en otros lugares.

Repsol se transformó, de una estación de servicio en España en un pulpo internacional, gracias al saqueo de YPF, que compró contratando una deuda que luego canceló con las ganancias que le rindieron los yacimientos estatales.

Repsol vació las reservas comprobadas que había registrado la YPF estatal.

En poco tiempo más tendremos que importar mayores cantidades de gas y comenzaremos a importar petróleo.

Se lo tendremos que comprar a estos mismos pulpos, que explotan el negocio en Bolivia o Brasil.

Preguntamos: ¿será cierto que los sojeros Macri, De Narváez, Carrió, Binner se oponen al tarifazo, y que quieren que paguemos una tarifa del gas acorde con el costo de producción?

Si reclaman el precio internacional de la soja para los sojeros, con impuestos rurales ridículos y sin retenciones, ¿será cierto que el precio del gas lo quieren poner al nivel del bolsillo de la gente?

Estos ‘opositores’ se cuelgan de la indignación por el tarifazo para imponer su propio plan económico, ahora que el de los K no da para más.

Ni los opositores ni los oficialistas traen un pan bajo el brazo, sino la larga mano del FMI; ¡ahí están para probarlo las ganancias vertiginosas de los bancos con los títulos de la deuda de Argentina!

¿Y si cortamos por lo sano y nacionalizamos los hidrocarburos, sin compensaciones –es más, reclamando indemnizaciones por los daños económicos y ambientales que han cometido y cometen?

Para lograr este objetivo, necesitamos movilizarnos con independencia de la oposición y del oficialismo de cuño capitalista.

Un escape de gas

Cuando todo el mundo esperaba que el nuevo episodio de la crisis política lo detonara el vencimiento de la delegación de poderes al Ejecutivo, la chispa la encendió el tarifazo del gas (esa delegación le permite al gobierno, entre otras cosas, fijar las retenciones a las exportaciones, como por ejemplo a la soja o el petróleo). Se produjeron numerosas protestas y movilizaciones, e incluso varios fallos judiciales adversos. Ocurre que la crisis fiscal, o sea el pago de la deuda pública y la necesidad de financiar a los contratistas del Estado, le puso fin al recurso que se había utilizado hasta ahora, que era el subsidio a las empresas. Además, los pulpos petroleros han venido saboteando en forma sistemática las inversiones de exploración y de explotación con el objetivo de volver a cobrar el precio internacional que obtenían bajo el menemismo. Argentina ya importa gas y, en poco tiempo más, deberá importar petróleo. Hace dos semanas, el gobierno les aumentó a las compañías de hidrocarburos el gas en boca de pozo. Tuvo para ello el apoyo de la burocracia sindical de petroleros privados, que pretende que el aumento redundará en un cese de los despidos y en aumentos de salarios, pero sabe perfectamente que no será así. El otro aspecto del tarifazo es el cargo fijo que le permite al gobierno pagar el gas importado, cuyo precio es muy superior al interno. Como se trata de un impuesto cuya sanción es facultad del Legislativo, numerosos jueces lo declararon inconstitucional. El tarifazo gasífero es una expresión de la completa bancarrota del llamado ‘modelo productivo’ de los K, que es el nombre de fantasía que el oficialismo ha puesto a una política de subsidios a los capitalistas. En vísperas de la crisis mundial, este ‘modelo’ le permitió a las empresas que cotizan en la Bolsa declarar las ganancias más altas de la historia. Ahora, ese mismo ‘modelo’ ha bancado una fuga de capitales que se acerca a los 50 mil millones de dólares, también ella la más alta de la historia. El ‘modelo productivo’ hace agua frente a la inmensa caída de la producción industrial; al igual que lo que ocurrió con De la Rúa en octubre de 2001, los K perdieron las elecciones en el punto mayor de la recesión económica.(Leer más aquí)

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Los curas necesitarían educación sexual

El obispo Héctor Aguer habló por toda la Iglesia cuando embistió contra los contenidos de un manual de formación docente sobre educación sexual, un compendio de diversos artículos editados por el Ministerio de Educación y el de Salud. Presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica, Aguer acusa al manual de “ateo” y de padecer “inspiración neomarxista”, inducir a la fornicación “lo más temprano posible y sin olvidar el condón” y de presentar la sexualidad “como una construcción histórica y sociocultural”. Semejantes aberraciones autorizarían a que los humanos hagan “con su bíos lo que quieran, incluso hasta transformarlo según sus fantasías y sus trastornos de personalidad”, libertades que “otorgan carta de ciudadanía a la homosexualidad y sus variantes”. La inclusión de nociones sobre la “desigualdad de género” expresaría una “imposición totalitaria del Estado” a través de una teoría que “detesta la distinción y la complementariedad de los dos sexos y, con el propósito de liberar a la mujer, la masculiniza y destruye su femineidad”, desconociendo, dice Aguer – aquí llegamos–: “la vocación maternal que es propia de la condición femenina, de su genio, y que constituye su gracia peculiar”.

“El ‘empoderamiento’ de la mujer, como superación de las relaciones hegemónicas de poder, implica introducir la potencia destructiva de la dialéctica en el seno de la familia”, se exaspera el prelado, que ve en el texto “una velada amenaza a la libertad de enseñar y aprender la verdad” ya que “resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo.” Jorge Videla no lo hubiera dicho mejor: sólo faltan los subversivos. (Leer más aquí)

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La ‘salida' capitalista a la bancarrota capitalista

En la reciente zafra de balances trimestrales, una mayoría de industrias norteamericanas ha revelado ganancias “mayores a las esperadas”. En medio de la crisis mundial, el ‘enigma’ tiene mucho de parecido a los superávit comerciales que registran numerosas naciones ‘emergentes’ que, sin embargo, están exportando menos: ocurre que importan mucho menos aún. Así, las empresas en cuestión también venden muchísimo menos, como resultado de la crisis, pero sus ganancias derivan de un recorte “furioso” (textual de los diarios) de costos. Aunque han ‘ahorrado’ fuerte mediante la reducción, también drástica, de sus inventarios, la fuente principal de los mayores beneficios ha sido una mayor tasa de explotación de la fuerza de trabajo. Aunque la crisis se acentúa, los accionistas cobran sus dividendos. De todos modos, no todo son rosas: la reducción del valor de la fuerza de trabajo lleva, en determinado punto, a la deflación; uno, como consecuencia de la caída del consumo; dos, como consecuencia de la mayor competencia que provoca el mayor rendimiento de la fuerza de trabajo en relación con el capital utilizado. La deflación implica la mayor generalización de la crisis. La historia de las crisis capitalistas demuestra que el punto de partida de una recuperación pasa por la revalorización de la fuerza de trabajo (el precio de la canasta familiar cae más que el salario) y por la desvalorización del capital (un capital más barato eleva el porcentaje de la ganancia sobre la inversión). Pero para llegar a esto habrá que atravesar aún una fase de catástrofes económicas y políticas. (Leer más aquí)

viernes, 31 de julio de 2009

Una cruzada clerical apoya el golpe en Honduras

Tal como ha sucedido históricamente, la Iglesia católica se ha colocado del lado de los genocidas, dictadores y represores. El apoyo abierto de la iglesia hondureña al golpe que destituyó a Zelaya y el inmediato sostén que promovieron los prelados de las conferencias episcopales de Bolivia, Venezuela, Ecuador y El Salvador, en solidaridad con las declaraciones golpistas del cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, permite ver más claramente lo que está en juego en el continente latinoamericano. Es decir, el temor de la derecha a que avancen en América Latina regímenes de tipo chavistas o castristas que, siendo acompañados por una movilización y participación de las masas capaces de superar los propios marcos capitalistas que le imponen estos movimientos "nacionales y populares", terminen por desestabilizar el poderío imperialista norteamericano sobre la región y al propio régimen capitalista. Por esta razón, al igual que en el pasado con el apoyo al nazismo, al franquismo y a las dictaduras militares en Latinoamérica en las décadas de los '70 y '80, la Iglesia católica actúa con la derecha sobre la base del exterminio, la represión y la persecución para aplicarle una derrota a las masas, que en este caso se levantan para reclamar la participación en los debates políticos y las decisiones del país.

Pocos días antes de haber perpetrado el golpe, la jerarquía católica hondureña, en la misma línea que los terratenientes, empresarios, fuerzas armadas y la embajada de EEUU, impugnó públicamente la consulta popular impulsada por Zelaya y llamó a levantarse contra el gobierno y sus políticas con estas declaraciones: "Lo que se ha dado en Venezuela se está dando en Honduras, se dio en Bolivia y en Ecuador. Yo aquí en todo miro la mano del presidente venezolano Hugo Chávez y el país no se puede entregar al chavismo ni a nadie, pues queremos seguir siendo libres e independientes" (monseñor Darwin Andino, obispo de Tegucigalpa, ACI Prensa, 27/6). Esta participación activa de la Iglesia hondureña en la misma conspiración para perpetrar el golpe, no llama la atención luego de haber apoyado el golpe fracasado contra Chávez en 2002 y luego de alinearse con el levantamiento de la derecha en Santa Cruz de la Sierra contra el gobierno de Evo Morales. Pero las declaraciones del clero hondureño en su compromiso golpista fueron aún más lejos, a través del cardenal Rodríguez Madariaga instaron públicamente a Zelaya que debía reconsiderar su regreso porque "podría desatar un baño de sangre", "...hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite, porque después sería demasiado tarde", agregó en un clarísimo mensaje para infundir temor al pueblo que se estaba organizando en las calles para reclamar su retorno.

La cúpula clerical le teme al avance de los "regímenes populistas" porque ponen en debate la intromisión de la Iglesia en las políticas del Estado, al hacer demagogia e impulsar algunas medidas sociales que confluyen con aspiraciones de los movimientos populares, los cuales chocan con los preceptos morales y religiosos de la vida familiar cristiana, aun siendo que estos gobiernos de tipo bolivarianos les terminen cediendo tarde o temprano sus privilegios económicos y les terminen entregando progresivamente, por ejemplo, el programa de las mujeres al Vaticano. Sin embargo, estas pujas políticas permiten reforzar las aspiraciones de las masas que empiezan a creer en sus propias fuerzas para transformar la sociedad, lo que provoca la reacción de la Iglesia y los sectores de la derecha capitalista.

La crisis del catolicismo

El apoyo público al golpe de Honduras del cardenal Madariaga, desató una crisis al interior del Vaticano debido a que refuerza la visión la cual vincula a la Iglesia católica con el apoyo a las dictaduras latinoamericanas pasadas. Considerado un papable en el cónclave de abril de 2005 en el que fue elegido papa Benedicto XVI, con esta acción el cardenal ha perdido todas las posibilidades, no por principios, sino porque claramente está en juego la credibilidad y el prestigio ya profundamente deteriorados de la institución cristiana. Luego de las críticas internacionales, Madariaga se defendió rechazando que él no había apoyado el golpe, aunque con argumentos que lo legitiman directamente. En este sentido, en un comunicado del episcopado hondureño, los obispos señalan que cuando Zelaya fue capturado por los militares, "ya no se desempeñaba como presidente de la República". "las instituciones del Estado democrático hondureño están en vigencia" y "sus ejecutorias en materia jurídico legal han sido apegadas a derecho". Para sostener la tesis agregan en este comunicado que "conforme a lo contemplado en el artículo 239 de la Constitución de la República, quien proponga la reforma de este artículo, cesa de inmediato en el desempeño de su cargo y queda inhabilitado por diez años para el ejercicio de toda función pública". Cabe señalar que estas leyes fueron elaboradas en el proceso dictatorial de la década del '80.

El "despegue" oportunista y relativo del Vaticano, relativo ya que Benedicto XVI acaba de pedir la reconciliación entre Zelaya, el pueblo y los golpistas, al mejor estilo del pedido por el clero argentino hacia los militares locales, no pudo concretarse en los episcopados latinoamericanos que viven en sus países los choques internos con los regímenes de tipo chavistas, los cuales salieron a solidarizarse fuertemente con el prelado de Honduras. A través de un documento de la conferencia episcopal ecuatoriana le envían su "cercanía" y "solidaridad" con la Iglesia hondureña ante los recientes acontecimientos políticos. Además, el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Ubaldo Ramón Santana, declaró: "Expresamos nuestro apoyo a la Conferencia Episcopal hondureña y en especial al Señor Cardenal Oscar Rodríguez Madariaga...". Lo mismo manifestaron los cardenales de Bolivia y El Salvador. Y cerrando con esta gran cónclave clerical queda el más grande de los interesados y perpetradores del golpe hondureño, los de América del Norte, EEUU, quienes a través de una carta enviada a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, la Conferencia de Obispos Católicos de ese país expresó su más profunda solidaridad con la Iglesia en Honduras.

Abajo el golpe derechista en Honduras.

Viva la rebelión popular del pueblo hondureño.

Restitución sin condicionamientos del presidente Manuel Zelaya.

Separación inmediata de la Iglesia del Estado.

Mariela Solesio

jueves, 9 de julio de 2009

LA GRIPE NO ES DEL CHANCHO

Ni bien terminaron las elecciones, las grandes patronales se abalanzaron para plantear sus reclamos.

Resulta claro que interpretaron los resultados de las urnas a favor de sus intereses.
Los sojeros piden que se bajen las retenciones a la exportación.

Los industriales, que se les paguen las deudas por subsidios o descuentos de impuestos y, por sobre todo, que no se reanuden las paritarias.

Las empresas de servicios quieren el tarifazo.

Los bancos y los acreedores internacionales reclaman que se normalicen las estadísticas para poder cobrar a pleno la deuda del Estado que se indexa o ajusta por inflación.

¿Y los trabajadores?

Moyano solamente se interesa por colocar a su gente en los ministerios de Salud y de Transporte.

Yasky finge animarse con un llamado a ‘abrazar’ el Congreso.

Mientras tanto, la desocupación llega a los dos millones de trabajadores, las fábricas cerradas no tienen salida, los salarios se deterioran, los despidos continúan.

La gripe A golpea social y económicamente a los más humildes y pone de manifiesto el derrumbe de la salud pública –luego de los cinco ‘rugientes’ años de ‘crecimiento chino’.

La crisis sanitaria desatada por la gripe A demuestra la incompatibilidad entre el capitalismo y la seguridad social y la salud pública.

Necesitamos poner en el centro del escenario nuestras necesidades y reclamos:

• cobro integral de los salarios por suspensiones o cierres ocasionados por la gripe; anulación de todo descuento por presentismo.

• cese del pago de la deuda pública y transferencia de esos fondos al sistema de salud pública;

• gratuidad de los medicamentos para los trabajadores;

• reanudación inmediata de las paritarias con delegados electos en asamblea;

• no a despidos o suspensiones, reparto de las horas de trabajo al cien por cien del salario;

• un seguro al parado del 82% móvil;

• que jubilados y trabajadores dirijan la Anses, 82% móvil para los jubilados;

• expropiación de toda empresa que cierre;

• cancelar las concesiones a las empresas mineras, preservar los glaciares y el medio ambiente de los flujos de agua;

• independencia de los cambios y recambios de gabinete, que se convoquen asambleas y congresos de bases de la CGT y la CTA para elaborar una salida anticapitalista a la bancarrota del capital.

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HONDURAS

Una crisis continental

La sangre de los asesinados el domingo 5 – cuando entre 30.000 y 50.000 personas intentaron tomar el aeropuerto de Toncontín, en Tegucigalpa– ha aumentado la resistencia popular al golpe que, lejos de retroceder, no hace sino aumentar. Según advierte el analista de Clarín, Marcelo Cantelmi, “si no hay un acuerdo urgente, el desafío es que, si esto se extiende, crecerá la protesta y (Manuel) Zelaya regresará pero aupado por las multitudes y con un poder renovado, ignorando compromisos y compartiendo utilidades políticas con sus socios bolivarianos” (6/7).

Entretanto, el ejército sitia Tegucigalpa para impedir que ingresen en ella las decenas de miles de campesinos que llegan a la capital después de una marcha de hasta 600 kilómetros –a pie, en camiones o como fuese, eludiendo los puestos militares en las rutas del país. Esa movilización popular condiciona en parte cualquier salida “diplomática” a la crisis.

Por primera vez desde el golpe, se hacen visibles las fracturas en la “pequeña santa alianza” que tomó el poder en Honduras y se genera entre ellos “una trama de enredos, traiciones y conspiradores arrepentidos” (Clarín, 6/7). Quedan también a la vista las vacilaciones en los mandos policiales, que nunca acompañaron de buena gana el golpe de mano de militares, terratenientes y partidos tradicionales de derecha, todos ellos agrupados detrás de las sotanas del episcopado de Honduras.

Ahora aparecen legisladores del Partido Liberal, al cual pertenecía Zelaya, que denuncian “que ellos nunca votaron (la destitución del presidente) o que no fueron convocados. Ya hay al menos 18 que no reconocen al actual gobierno” (ídem).

Más aún: según esa misma edición de Clarín, la elite empresarial que respaldó el golpe empezaba a advertir “que la presión internacional sería insostenible y que quienes iban a pagar el pato de la boda serían ellos. Y que, al parecer, no estaban dispuestos a inmolarse con él (por el presidente de facto, Roberto Micheletti)”.

En ese sentido, la prensa informa sobre una reunión en casa del empresario Mario Rivero –a la cual asistieron Rafael Pineda, Jorge Hernández y Schucry Kafie, entre otros– para tomar distancia de los golpistas después de haberlos alentado. Con ellos estuvo el ex presidente Ricardo Maduro (2002-2006). Otro ex mandatario, el liberal Carlos Flores (1998-2002), se adhirió a ellos por teléfono desde los Estados Unidos, a donde había viajado para anudar la maniobra golpista en medios financieros y políticos norteamericanos. El frente golpista empieza a disgregarse.

Al mismo tiempo, sobre el asesinato de manifestantes en las inmediaciones de Toncontín, “la policía culpó al ejército de haber realizado los disparos” (ídem). No es de extrañar porque, durante su gobierno, Zelaya hizo innumerables concesiones a la fuerza policial.

Obama, los “halcones”, la OEA

“No se equivoca esta vez Hugo Chávez cuando advierte que este golpe no lo tuvo como blanco (a Chávez) sino que fue mucho más arriba, contra su colega norteamericano Barack Obama. Aquella visión que indaga en las raíces de esta crisis por afuera del escenario donde se está produciendo, revela una interna feroz en la cima del poder en EEUU” (Clarín, 4/7).

Debe tenerse en cuenta que las primeras denuncias contra Zelaya, las que empezaron a agitar las aguas del golpe, las formuló el cubano norteamericano Otto Reich, ex secretario adjunto para Latinoamérica de George W. Bush, uno de los “halcones” del Partido Republicano yanqui.

“Reich forma parte de un racimo de halcones lanzados, en la región, a evitar una apertura de EEUU hacia Cuba. Y a nivel global, bloquear la presión del demócrata (por Obama) sobre Israel, denunciar el retiro de Irak y desbaratar cualquier diálogo con Irán. El ex vicepresidente Dick Cheney es quien maneja esa agenda” (ídem).

Esto es: el golpe hondureño tiene en Honduras apenas el intento de dar la primera puntada de un entretejido muchísimo más vasto, consistente en agrupar a la extrema derecha de toda la región para barrer hasta los vestigios de los “boliviaranos”, con incidencia incluso en la política de Oriente Medio.

El lobby sionista norteamericano no sólo rechaza de plano el acercamiento de Chávez o Evo Morales a Irán; además, Israel tiene vínculos históricos y directos con las mafias centroamericanas que manejan el tráfico de drogas y el contrabando de armas. Oficiales israelíes, junto con los de la CIA y represores argentinos, entrenaron en técnicas contrainsurgentes, especialmente de tortura, a los ejércitos de El Salvador y Honduras durante la guerra en América Central. Se equivocará gravemente quien piense que aquello es sólo historia pasada. Además, la derecha norteamericana ha sido desplazada de la Casa Blanca pero no del Departamento de Defensa y menos aún de la central de inteligencia, además de mantener su poderío en el parlamento y, sobre todo, entre los pulpos financieros con oficinas centrales en Manhattan, donde, además, el lobby sionista tiene un peso enorme.

Por eso, la condena norteamericana ha sido por ahora menos que tibia, sin hacer efectiva sanción alguna salvo el no reconocimiento de los golpistas, como si esperaran el desgaste de la movilización para que fuera posible una salida negociada; por ejemplo, el adelanto de la convocatoria electoral prevista para noviembre. A Obama y a la OEA les resulta permisible una victoria indirecta o disimulada del golpismo, antes que el triunfo de la movilización popular.

Se ha abierto una crisis política de magnitud continental, por lo que se impone, como señalaba la edición anterior de Prensa Obrera, “impulsar movilizaciones populares y una movilización continental con la consigna del apoyo al levantamiento popular en Honduras”.

Alejandro Guerrero

viernes, 29 de mayo de 2009

TECHINT QUIERE LA DEVALUACION

Ellos son los expropiadores

¿Por qué Techint, la UIA, los bancos y la Mesa de Enlace hacen tanto batifondo si Hugo Chávez les ha pagado muy generosamente las nacionalizaciones y, encima de esto, se ha quedado con los pasivos ocultos que han dejado las empresas nacionalizadas a fuerza de fraude contra el fisco y contra los trabajadores?

Por una razón sencilla y cantada: quieren de nuevo la devaluación del peso: lo quieren a 4,50 ó 5 pesos el dólar.

El ‘enojo' con Chávez no es más que una cortina de humo.

Hace semanas que los verdaderos saqueadores de Argentina vienen reclamando esa devaluación con todos los tonos de voz.

La piden los ‘desarrollistas', como Curia y Ferrer, y la piden los ‘neoliberales', como Broda y Prat Gay.

Techint y la burguesía argentina se hicieron a fuerza de devaluaciones, de confiscaciones y de desfalcos; no conocen otro método.

Aún está fresco el recuerdo de 2001, cuando pesificaron sus deudas y se embolsaron una gigantesca ganancia por devaluación.

Quieren repetir; tienen al gobierno de rehén y a la ‘oposición' de cómplice.

La devaluación significará la desvalorización inmediata de los salarios y la desvalorización también de los recursos de la Anses prestados a estos capitalistas.

Es el único recurso con que cuentan los capitalistas argentinos para competir con China y con Brasil.

Chávez es un pretexto.

Les ha pagado y les sigue pagando a precio de oro en un mercado mundial del acero en quiebra.
Los españoles del Santander le pidieron de rodillas la nacionalización y Chávez los satisfizo con una yapa de 100 millones de dólares sobre el precio original.

Si Chávez fuera como lo pinta la UIA, no estaría firmando acuerdos multimillonarios con Lula y los industriales brasileños.

Los Techint Creación de entradasamasaron su fortuna en Argentina a fuerza de desfalcos -el principal de ellos, la compra de Somisa, los teléfonos, el Ferroexpreso pampeano, los gasoductos y las concesiones de petróleo con los papelitos pintados de la deuda externa en época de Menem.

Ellos son los expropiadores.

La UOM y Moyano les hacen de alcahuetes a Techint porque también reclaman la megadevaluación del peso.

Cualquier otra cosa es verso.

Ningún político argentino es independiente de Techint y de los pulpos capitalistas.

Son sus chirolitas.

Deberían ir en persona al Gran Cuñado.

¿Para qué doblar al payaso si se puede contar con el original?

miércoles, 6 de mayo de 2009

El acto en Plaza de Mayo

(Lo que la crónica oficial no registra)

La prensa oficial no tuvo más remedio que registrar el acto del 1º de Mayo en Plaza de Mayo, que reunió a los sectores combativos del movimiento obrero y de la juventud, por una razón de peso: la concurrencia representó el 15 por ciento de la que juntó Moyano el día antes -con recursos y ‘métodos' bien contrapuestos. La presencia de 8.000 trabajadores en la plaza contrasta notablemente con el millonario esfuerzo económico realizado en forma inconsulta por la burocracia, que sacó los fondos de casi un centenar de sindicatos nucleados en la CGT. La fuerza de la concentración del 1º de Mayo es expresión del desarrollo de una reacción obrera anticapitalista frente a la crisis. No por casualidad, en Córdoba y en Rosario, los actos del 1º de Mayo tuvieron lugar en las puertas de fábricas ocupadas. La mitad de la concurrencia en Plaza de Mayo llegó organizada detrás de las banderas del Partido Obrero y de la UJS. (LEER NOTA COMPLETA)

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Las líneas de la campaña electoral del Partido Obrero

¿Cuáles son las características que distinguen a las elecciones del 28 de junio?

Fundamentalmente, dos. La primera es que tienen lugar en el marco del estallido de una crisis de conjunto del capitalismo, o sea en el marco de una transición histórica. Las estructuras del capitalismo (bancarias, industriales, sociales) han entrado en bancarrota. La burguesía mundial recurre a su última herramienta: el Estado, los gobiernos. Se anuncia de este modo un período de grandes crisis políticas. Millones de trabajadores, en el mundo, han sido arrojados en forma súbita a la desocupación. Todas las fuerzas políticas que apoyan el sistema existente en Argentina -incluidas el centroizquierda y la mayor parte de la izquierda- se esfuerzan por ocultar al electorado y a los trabajadores el alcance de la crisis, y restringen la lucha política a los temas habituales del parlamentarismo.

La segunda característica de las próximas elecciones es la disolución que sufre el régimen político montado por el kirchnerismo - una combinación de poder personal y camarilla. El gobierno ha adelantado los comicios para preservarlos de una profundización de la crisis mundial y para convocar a una suerte de plebiscito. No pretende con esto, sin embargo, ratificar su mandato -o, como acostumbra decir, ‘el modelo'. Busca, por el contrario, retener las fuerzas suficientes para negociar una transición política con la oposición patronal luego de las elecciones. En la agenda tiene inscripta la llamada ‘normalización' de las relaciones financieras internacionales (acuerdos con el Club de París y con el FMI), algo complicado de llevar adelante en un cuadro de fuga de capitales y caída violenta del crédito y comercio internacionales. El reingreso de capitales especulativos al país, en los últimos días, y el rebote en los precios internacionales de la soja han de crear una nueva ‘burbuja' financiera, cuya explosión ulterior tendrá alcances mayores que las precedentes. La transición histórica no es un proceso rectilíneo de decadencia del sistema vigente sino una línea convulsiva de contradicciones, que animan y reaniman los conflictos sociales y políticos, y los realineamientos de las clases y de los partidos. (LEER NOTA COMPLETA)

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Desde México

Un análisis sobre el brote de influenza

-Existen muchos muertos de hambre en el país y la televisión no informa nada

Llamando a no caer en la paranoia, el pasado jueves 23 de abril, el titular de la Secretaría de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, anunciaba el inicio de medidas preventivas debido a la "epidemia" de Influenza Porcina que comenzaba a desarrollarse en nuestro país. El anuncio, que se daría en cadena nacional a las 11 de la noche de ese día, parecía tener toda la intención de generar en la población lo que supuestamente se quería evitar: pánico generalizado.

Con claro nerviosismo al emitir el informe, Córdova Villalobos habló de los casos registrados en el país, las medidas a implementarse por parte del Estado ante la "epidemia" y las precauciones sanitarias ante dicha enfermedad. Tras la debida "justificación", se desarrollaron acciones sin precedentes históricos en México como la suspensión de actividades escolares en el Distrito Federal y el Estado de México, que al día de hoy se ha extendido al resto de las entidades federativas que conforman esta nación, incluyendo también algunas actividades económicas de las llamadas "de bajo impacto". Sin embargo, la información gubernamental está plagada de errores, imprecisiones, contradicciones y ausencia de datos fidedignos y corroborables que permitan clarificar la realidad de la situación; aunado a esto, la campaña mediática, principalmente desarrollada por el duopolio Televisa-Tv Azteca, ha contribuido enormemente a propagar la confusión y la paranoia colectiva, a tal grado que las clínicas, centros de salud y hospitales se encuentran a su máxima capacidad, así como también los centros comerciales ante la latente "cuarentena" que tiene a la población realizando compras de emergencia. Así mismo, las líneas telefónicas se encuentran saturadas ante la insistencia de personas que viven en el interior de la república y que tienen familiares en la capital, para saber de la integridad de estos últimos, ya que la información que se maneja en los medios masivos de difusión en otros estados del país, literalmente habla de que en la capital la gente está muriendo una tras otra. Analicemos cuidadosamente esta situación. (LEER NOTA COMPLETA...)

jueves, 30 de abril de 2009

Gripe porcina: “La culpa no es del chancho…”

El brote de ‘gripe porcina’ amenaza con convertirse en una pandemia, una epidemia que alcanza a todos los continentes. En ese grado, los muertos podrían contarse por millones y las pérdidas económicas podrían alcanzar al 5% del PBI mundial (Financial Times, 27/4). La última pandemia de gripe, en 1918, causó 40 millones de muertos en todo el mundo, más que la Primera Guerra Mundial; hoy, las condiciones para la extensión de la epidemia son superiores a las existentes hace 90 años.

(...)La producción capitalista de alimentos –enfocada en la reducción de los costos y la maximización de los beneficios–, la manipulación genética de los animales (para que produzcan más carne), el abaratamiento de su alimentación han creado estos verdaderos monstruos genéticos que amenazan a la humanidad. Es la misma producción capitalista que antes creó el virus del Sars (síndrome de insuficiencia respiratoria aguda), la gripe aviar y la vaca loca. Es la misma producción capitalista de alimentos que envenena los campos, el agua y las personas con pesticidas especialmente diseñados para la producción de granos genéticamente modificados(...)

Los especialistas discuten acerca del nombre del virus. Algunos prefieren llamarlo ‘gripe mexicana’ en lugar de ‘gripe porcina’. Por sus orígenes (la producción capitalista de alimentos) y por los mecanismos que permiten su difusión (régimen de patentes, destrucción de los sistemas de salud pública en todo el mundo), el nombre más adecuado es GRIPE CAPITALISTA.(Leer nota completa...)

Argentina: ¿Se terminó el dengue?

Los noticieros y la prensa han comenzado a mostrar los ‘planes de contingencia' para prevenir la llegada del virus de la ‘gripe porcina' a nuestro país. Sensores especiales en Ezeiza, control de los recién llegados a los aeropuertos, distribución gratuita de barbijos. De repente, el dengue desapareció de las pantallas y de los diarios. Pero en Argentina hay 100.000 casos de dengue y los especialistas indican que el año próximo será peor. El gobierno se vale de la ‘gripe porcina' para crear una gigantesca operación de prensa que oculta su responsabilidad en la extensión de la epidemia de dengue en todo el país.

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PRIMERO DE MAYO

EMPIEZAN LAS OCUPACIONES DE FABRICA

La forma histórica más avanzada que desarrolló la clase obrera en las grandes crisis capitalistas (contra las suspensiones, los despidos o los cierres de empresas) fue la ocupación de fábricas.

Al despotismo del capital, con su secuela de desocupación y miseria, se opuso el despotismo colectivo de la clase obrera, para defender su derecho al trabajo y a la vida.

Ocupar la fábrica fue lo que intentaron hacer los obreros combativos de General Motors de Rosario, a fines del año pasado, cuando la patronal anunció ‘un achique de personal’.

La burocracia del Smata logró frenar la ocupación y los trabajadores acabaron pagando esta política con “suspensiones rotativas”.

La ocupación de fábrica fue también lo que se plantearon los trabajadores de Paraná Metal ante una circunstancia similar, pero aquí fue la burocracia de la CTA la que jugó de bombero, con la consecuencia del despido de contratados y las suspensiones rotativas para los efectivos (Leer NOTA COMPLETA...)

jueves, 23 de abril de 2009

1º de Mayo internacionalista y anticapitalista

Todos a plaza de Mayo - 15:30 horas

Ante la bancarrota capitalista mundial y la política patronal que pretende descargar el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, cobra más vigencia que nunca la realización de un 1º de Mayo Internacional de la clase obrera.

Es necesario un 1º de Mayo que reivindique la rebelión griega, la de las colonias (Guadalupe, Martinica) y la clase obrera francesa, todas las luchas populares de América Latina y de todo el mundo.

Este 1º de Mayo debe transformarse en una gran jornada nacional de lucha y de reagrupamiento obrero por la prohibición de despidos y suspensiones, por la apertura de las paritarias con delegados electos en asambleas, por una recomposición salarial del 30 por ciento, por la nacionalización de la gran industria y la banca bajo control obrero y la nacionalización del comercio exterior, por la expropiación de las fábricas que despidan trabajadores.

Este 1º de Mayo debe ser una jornada por el triunfo de las luchas obreras en todo el país: por el triunfo de la lucha de Massuh; de la ocupación de Indugraf y Arrufat, de las luchas de los obreros del Smata; de los aceiteros de Santa Fe, de Paraná Metal, de la pintura de Tersuave San Luis, de los trabajadores de la carne; las luchas de los docentes de todo el país contra las entregas de la burocracia de Ctera. Contra los despidos y suspensiones y por el salario.

El acto debe ser una contracara de la jornada del 30 de abril, impulsada por la burocracia moyanista de la CGT, que ha desnaturalizado la jornada del 1º de Mayo transformándola en un operativo político que, pronunciándose “en defensa del proyecto nacional”, se inscribe en la interna de la burocracia sindical y del PJ con el objetivo de impulsar candidaturas de burócratas de la CGT en las listas oficialistas. Todo esto a cambio de postergar las paritarias al infinito, aislar y postergar las luchas existentes contra los despidos y por el salario. Se trata de una jornada ajena a los intereses de los trabajadores, que pretende subordinar la clase trabajadora al gobierno de Kirchner, el cual es cómplice de los despidos y la política patronal.

A la convocatoria de la izquierda se ha sumado ahora la del plenario de 120 delegados y activistas que convocó Emfer el sábado en Sociales, quien participó de la última reunión organizadora del acto, con un pedido especial, para que en el mismo sean destacadas las presencias del nuevo sindicato del Subte y la lucha de los compañeros de Massuh.

Es necesario llenar la plaza de luchadores y poner en marcha, frente a la crisis capitalista mundial, una coalición anticapitalista.

El PO concentra a las 14 horas, en Avenida de Mayo y 9 de Julio.

Juan Ferro