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viernes, 16 de octubre de 2009

Otro verso: ¿secundaria para todos?

El Frente Gremial ha elegido sortear su derrumbe electoral en la votación para consejeros pegándose más aún al gobierno del ajuste (además de dibujar un resultado trucho del 52%). A tono con la formación de una mesa de “cogestión”, el Suteba y la FEB presentan la “nueva secundaria” que “rompe, dicen, la primarización de la escuela secundaria heredada de la reforma de los ‘90” (circular de la Dirección General de Escuelas).

Según datos oficiales que publica La Nación, sobre una matrícula total de 1.408.730 alumnos en las escuelas secundarias bonaerenses, el 35% pertenecen a la “gestión privada”. Se trata de colegios (muchos de ellos de la Iglesia) que reciben subsidios para el pago de los sueldos docentes y otras yerbas. La provincia tiene 2.175 escuelas secundarias básicas estatales contra 1.692 privadas, y apenas 738 medias (polimodal) del Estado contra 1.375 privadas. La circular sobre la “nueva secundaria” vuelve sobre la cantinela de la educación “para el trabajo”, o sea que subordina la educación de conjunto a los diplomas intermedios, esto en el marco de una crisis mundial que se mide en miles de despidos, flexibilización de las condiciones de trabajo y descalificación en masa de los trabajadores.

La reforma incluye una revisión de la normativa en materia de calificación. Según declaraciones del ministro de Educación nacional, Sileoni; “está en estudio la posibilidad de acumular” más previas que las actuales para no repetir”. Con esta “revisión” pretende encubrir el fracaso educativo.

Por otra parte, la obligatoriedad es una estafa: el gobierno no garantiza la construcción y refacción de escuelas, tampoco la provisión de gas, faltan materiales de limpieza y de estudio, las becas son de hambre, no hay una dieta para los comedores de acuerdo con el número creciente de chicos que comen en las escuelas (no hay comedores en el ciclo superior), todo unido a las pésimas condiciones de infraestructura escolar.

A la supresión de escuelas por absorción (sólo las medias y técnicas grandes están en condiciones de ofrecer una mayor variedad de especializaciones) se suman las fusiones de cursos en las “ex ESB” para habilitar aulas libres que permitan la apertura de los años del ciclo superior. Pero un ajustazo feroz conduce a la pérdida de puestos docentes, equipos de orientación y gabinete y también de personal directivo. La “concentración horaria” con el salario congelado apunta a reducir el plantel docente mediante una “revisión de la normativa vigente” que contemple una reasignación de docentes”.

Por lo pronto –y violando el estatuto del docente– se incorpora el director con jornada de ocho horas, de modo que se anticipó la extensión de la jornada laboral. Responde al esquema de un director-capataz al cual la circular le asigna “la responsabilidad institucional de llevar adelante la política educativa provincial”. Con la designación de los “profesores tutores” se avanza también en las designaciones a dedo de docentes, pasando por encima de los listados y actos públicos docentes (como ya se viene haciendo con los “proyectos” EDI y ESI que son un paquete de horas que reparten las direcciones por escuela).

Daniel Rapanelli

domingo, 27 de septiembre de 2009

ELECCIONES EN LA UBA

Derrotamos al gobierno, a la derecha y a las camarillas

El triunfo de la izquierda en las recientes elecciones universitarias de la UBA fue concluyente. Hasta a los medios que habitualmente juegan en contra no les quedó otra que reconocer nuestro triunfo categórico. Los titulares salieron calcados: “la izquierda sigue liderando la conducción estudiantil en la UBA” (Clarín, 20/9); “Retuvo la izquierda el predominio estudiantil” (La Nación, 21/9); o “La izquierda domina en la mayoría de las casas de estudio” (Crítica, 21/9). La izquierda no sólo sigue liderando la mayoría de los centros de estudiantes sino que, esta vez, conquistó además la mayoría de las representaciones estudiantiles en los Consejos Directivos (gobiernos de las facultades). Las elecciones, obligatorias, convocaron a unos 200.000 estudiantes.

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A 33 años de la Noche de los Lápices

Miles de secundarios contra Macri y los K

Fue una multitudinaria movilización independiente, con la CUES a la cabeza. Las autoridades que quisieron impedirla fueron derrotadas.

La movilización de los secundarios a 33 años de la Noche de los Lápices fue la más masiva de los últimos años. Más de mil estudiantes encolumnados detrás de la Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios (CUES) partieron del Ministerio de Educación de la Nación, pasaron por el Congreso, escracharon la Jefatura de Gobierno de la Ciudad y culminaron la jornada con un impresionante acto en Plaza de Mayo.

Semanas antes, la UJS había lanzado una intensa campaña para que la CUES se pusiera al frente de la organización del 16 de septiembre. Contra quienes pretendían convertir a la Coordinadora en un campo libre para disputas faccionales que no interesan a nadie, impulsamos la realización de un congreso abierto para preparar el 16 y transformar a la CUES en un canal de organización y lucha para el conjunto del movimiento secundario de la capital.

Luego de recorrer y afichar decenas de colegios, el congreso se realizó el 12 de septiembre con gran éxito: participaron cientos de estudiantes en representación de 33 secundarios. Así, la CUES pudo escapar a la impotencia política: las zonales que habían empezado a reunirse de forma independiente aceptaron nuclearse en la Coordinadora y se acordó la convocatoria a la marcha unitaria del 16, con consignas que denunciaran la impunidad de los genocidas, la continuidad de las políticas antieducativas y represivas con Macri y los Kirchner, el golpe imperialista en Honduras, entre otras. La campaña deja un claro balance: la CUES pudo salir del rol testimonial al cual buscaban condenarla para pasar a unificar a miles de estudiantes en lucha.

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