jueves, 1 de agosto de 2013
Correa, Macri y la “libertad de prensa”
Jorge Lanata ha denunciado con pelos y señales la política de cercenamiento a la libertad de prensa impuesta por el presidente Correa en Ecuador. Su Ley Orgánica de Comunicación es un verdadero cepo impuesto por el poder para prohibir toda manifestación opositora. Llega al detalle, por ejemplo, de determinar qué títulos de la prensa escrita son admisibles y cuáles no. Crea, además, el delito de “linchamiento mediático”, el mismo subterfugio al que aludió Cristina Kirchner en cadena nacional para responder a las acusaciones contra César Milani por su complicidad con el terrorismo de Estado. El principio rector de la ley de Correa es que el contenido que elaboren y distribuyan los medios debe “respetar los presupuestos constitucionales”. Se trata, palabras más o palabras menos, del mismo principio que Macri ha establecido con su ley votada en la Legislatura sobre “libertad de prensa” y que tuvo el concurso de toda la oposición, especialmente la del sector de Pino Solanas y Carrió. Allí se puede leer que los contenidos deben respetar los principios constitucionales, y en su artículo octavo judicializa lo que entiende como difusión del “odio” -sea “ideológico”, “político” o “social”, todas fórmulas genéricas para justificar la judicialización de la información periodística. Este principio común entre las leyes de Correa y de Macri fue pasado por alto por Jorge Lanata, quien critica la legislación impuesta por el ecuatoriano, después de haber apoyado la iniciativa macrista en la Legislatura. Dejando a Lanata de lado, quedan sobre la mesa las coincidencias estratégicas entre Correa y Macri. De esto surge que la libertad de prensa es una bandera de lucha que debe llevarse delante como parte de una estrategia independiente de los trabajadores.
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