La disparada del dólar en el mercado
paralelo ha dejado de ser ‘marginal’ o confinada a turistas, pues pasó a
representar de cinco a cuarenta millones de dólares en algunas
jornadas. La salida de capitales a través de la Bolsa, donde se mueven
centenares de millones, cotiza el dólar a niveles similares al paralelo.
El fundamento de esta corrida es la constatación de que el Banco
Central no tendría reservas suficientes para hacerle frente. Otras
manifestaciones fuertes de esa presión devaluatoria son la suspensión de
operaciones por parte de la minera brasileña Vale do Río Doce, en el
sur de Mendoza, y la retención de soja de exportación por parte de los
capitalistas agrarios. Un parate exportador sellaría la suerte del peso.
Incluso la ‘nacionalizada YPF pretende una devaluación de la moneda,
porque esto aumentaría sus ingresos por exportación y colmaría, al menos
en parte, el déficit que tiene de capital de trabajo y de inversión.
Según el propio jefe de la Afip, las petroleras han dejado de exportar o
están subfacturando las ventas (los dólares que retienen por esta vía
son liquidados en el paralelo). Un allegado a los K, de la empresa de
motos Zanello, acaba de declarar en el Cronista que “el costo laboral
nos está matando”, en alusión a su equivalente en moneda extranjera. En
este cuadro de conjunto se asienta la advertencia de un ‘Rodrigazo’. Un
elemento adicional, aunque para nada menos importante, es la certeza de
que a finales de mes saldrá un fallo desfavorable a Argentina en los
tribunales de Nueva York, por la deuda que quedó fuera del canje. La
factura, en este caso de 12 mil millones de dólares, es impagable. La
deuda externa ha ingresado en su enésima crisis.
Las paritarias
Nada retrata mejor la crisis fiscal y financiera que la decisión del gobierno de insistir en la confiscación impositiva al salario, incluidas las asignaciones familiares. En el marco de esas detracciones (a las que hay que sumar impuestazos y tarifazos de todo tipo), la pretensión oficial de imponer un techo del 20% de aumento en los salarios ha puesto en crisis a las paritarias. El gobierno extorsiona a las burocracias sindicales a que se animen a declarar una huelga general. Estas burocracias tienen el ojo puesto en la corrida cambiaria, para determinar el momento en que la burguesía devaluacionista dé la orden de ir hasta el final. No es casual que Lescano, de Luz y Fuerza, esté insinuando una ruptura con la CGT oficial, aunque todavía más relevante es la salida de ella de la burocracia de la UTA, la cual está alineada con descaro en el bando macrista. El gobierno asiste impotente a esta ofensiva e incluso echa lastre frente a ella, como lo demuestra la autorización a las mineras para girar dividendos al exterior y la propuesta de reabrir el canje a los fondos buitres.
Nada retrata mejor la crisis fiscal y financiera que la decisión del gobierno de insistir en la confiscación impositiva al salario, incluidas las asignaciones familiares. En el marco de esas detracciones (a las que hay que sumar impuestazos y tarifazos de todo tipo), la pretensión oficial de imponer un techo del 20% de aumento en los salarios ha puesto en crisis a las paritarias. El gobierno extorsiona a las burocracias sindicales a que se animen a declarar una huelga general. Estas burocracias tienen el ojo puesto en la corrida cambiaria, para determinar el momento en que la burguesía devaluacionista dé la orden de ir hasta el final. No es casual que Lescano, de Luz y Fuerza, esté insinuando una ruptura con la CGT oficial, aunque todavía más relevante es la salida de ella de la burocracia de la UTA, la cual está alineada con descaro en el bando macrista. El gobierno asiste impotente a esta ofensiva e incluso echa lastre frente a ella, como lo demuestra la autorización a las mineras para girar dividendos al exterior y la propuesta de reabrir el canje a los fondos buitres.
En lugar de preparar una huelga general
contra los impuestazos al salario, en defensa de las paritarias y contra
la devaluación del peso, Micheli -de la CTA-, acaba de anunciar una
marcha para mediados de marzo. Sin embargo, sólo una huelga general
puede hacer retroceder al gobierno en su política confiscatoria del
salario y contra las paritarias. Es también la única vía real para
quebrar la ofensiva devaluatoria de los capitalistas. Los sindicatos
deberían presentar un plan alternativo a la devaluación, el cual debe
arrancar por un control obrero generalizado de las grandes empresas, de
los bancos y de los exportadores. Los puertos argentinos son un colador
de la malversación del comercio exterior.
Las elecciones
Además de lo señalado, se observa una fractura del bloque empresarial oficial. Dos meses después de haber sido vendida al más K de los empresarios K (Cristóbal López), la mañana de Radio 10 organizó el lanzamiento político del tándem de Sergio Massa y Daniel Scioli, con vistas a suceder al kirchnerismo en 2015. Este binomio se perfila como el ‘plan B’ de cualquier salida: sea de la sucesión del cristinismo, sea de una fórmula de oposición. Scioli y Massa ya han demostrado que pueden trabajar para quien mejor les pague.
Además de lo señalado, se observa una fractura del bloque empresarial oficial. Dos meses después de haber sido vendida al más K de los empresarios K (Cristóbal López), la mañana de Radio 10 organizó el lanzamiento político del tándem de Sergio Massa y Daniel Scioli, con vistas a suceder al kirchnerismo en 2015. Este binomio se perfila como el ‘plan B’ de cualquier salida: sea de la sucesión del cristinismo, sea de una fórmula de oposición. Scioli y Massa ya han demostrado que pueden trabajar para quien mejor les pague.
Pero la crisis nacional tiene en las
provincias su centro principal y Buenos Aires está en primer lugar. Las
escaramuzas entre los K y los Scioli se desarrollan sobre un Titanic,
que puede hacer explotar a la provincia. Antes de fin de mes deberá
quedar definida la paritaria docente y se verá quién -si CFK o Scioli-
pestañea primero.
El proceso electoral de 2013 va atado a
esta vasta crisis social y política. Una campaña electoral de la
izquierda deberá ser, antes que nada, una campaña de clarificación de
esta crisis, de definición de una salida política y programática, y de
organización efectiva de los trabajadores con vistas a un plan de lucha
de conjunto.
El desequilibrio económico descomunal,
que se profundiza cada día, plantea un radical ajuste de las condiciones
sociales. No es esto lo que está en disputa, sino qué clase social lo
realiza y en beneficio de quién. El ajuste capitalista entrañará un
ataque colosal contra los trabajadores, por lo que resulta necesario uno
que haga pagar la crisis a los capitalistas, mediante el control obrero
de la economía y la nacionalización de los sectores básicos, sin
resarcimiento a los que han desplumado al país.
Acertadamente, desde finales de 2012,
hemos lanzado la campaña electoral a través de nuestros candidatos
principales. Este lanzamiento ha hecho las veces de delimitación
política. El conjunto del Frente de Izquierda debe incorporarse a esta
movilización y atraer a nuestro campo a nuevos sectores, los que se ven
forzados a realinearse frente a la aceleración del proceso político. El
derrumbe del régimen existente es evidente en todo el mundo -Grecia,
España, Italia, Egipto- y la lista crece. La campaña de 2013 debe
superar los límites electorales para transformarse en una batalla de
poder.
Marcelo Ramal
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