jueves, 13 de septiembre de 2012

No al golpe de la Rosada contra Santa Cruz. Deliberación popular, para que se vayan todos

Acevedo, Sancho, Peralta: los K voltean gobernadores en su provincia como muñecos. Es lo que ocurre siempre donde se establece un régimen de re-re-re-re. Después de que Menem consiguiera la re-re, Argentina tuvo cinco gobiernos en cuatro años. Carta Abierta tiene en Santa Cruz una metáfora exquisita para ‘relatar’ el desgobierno kirchnerista (da para un novelón). Si estos intelectuales se tomaran el asunto en serio, advertirían que la crisis santacruceña pinta al kirchnerismo como un saltimbanqui. Sin embargo, no solamente el oficialismo se repite a sí mismo en esto de gobernar por medio de golpes de Estado: alguien más tiene que repetirse para que el espectáculo funcione. Ahí está, entonces, la llamada ‘oposición’, la cual vuelve a plantear, por boca de la UCR, “la defensa de la institucionalidad” como si el territorio fuera un jardín constitucional. Peralta también defiende una “institucionalidad”: la suya -la cual no contempla la satisfacción de las reivindicaciones populares y ni siquiera el pago de los salarios en fecha. Derrumbe del gobierno de familia En los últimos 22 años, el kirchnerismo ha puesto el régimen político y jurídico de la provincia a su servicio personal. El derrumbe de Santa Cruz resume el del país, porque es el resultado de la sangría producida por la explotación minera y petrolera, así como también por el saqueo de una obra pública financiada gracias a las retenciones sojeras. La provincia sureña es el escenario privilegiado de la ‘reconstrucción de la burguesía nacional’ -el slogan del que se ha valido el setentismo senil para renegar de “la patria socialista”. En Santa Cruz no se puede defender ninguna ‘institucionalidad’ sin barrer con el kirchnerismo, mucho menos para hacer respetar el pago de los salarios y el desarrollo social de la provincia. Los bancarios están con paros parciales por el reclamo de un adicional por zona y los trabajadores de muchos municipios del interior con retención de servicios, porque no cobraron el salario de agosto. A los empleados provinciales sólo les pagaron el sueldo de bolsillo, no los aportes y contribuciones que representan gran parte de la masa salarial. En el municipio de Gallegos -que viene cobrando en fecha y había negociado un blanqueo de sus salarios- un incumplimiento de los acuerdos ha desencadenado un quite de colaboración. Es necesario canalizar esta fuerza en un gran movimiento de conjunto, que vote un programa de recuperación de Santa Cruz bajo la dirección de los trabajadores y, sobre esta base, lance un plan de lucha. Las direcciones sindicales, sin embargo, están dejando a la buena de dios una convocatoria a un plenario sindical de bases para el 29 de septiembre. Es necesario dar impulso a esta convocatoria. Los recontra K promueven un golpe a la paraguaya o a la hondureña: por vía parlamentaria, al estilo yanqui-gorila. En su defecto, recurrirán a una intervención federal. La crisis de Santa Cruz puede convertirse en nacional. Las marionetas del golpe están en la Legislatura de la provincia; la titiritera, en la Rosada. Peralta paga el precio de haber oficiado de mayordomo de la familia. Vamos por la deliberación popular y un plan de lucha. Vamos por la recuperación de los recursos mineros, petroleros y pesqueros bajo la gestión de los trabajadores. Que el movimiento obrero llame al pueblo trabajador a poner en pie una alternativa. Miguel Del Pla

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