miércoles, 21 de octubre de 2009

LOS MARISCALES DE LA POBREZA

Un día, el cura, el banquero y la Presidenta coincidieron.
"Hay que ocuparse de los niños pobres", dijeron los mismos que condenan a sus padres a despidos, a salarios bajos, a una carestía feroz.
Aunque todos desconfiaron, la limosna ni siquiera fue grande.
Cristina quiere arreglar a los hijos de los obreros desocupados con ciento treinta pesos. Carrió y el obispo Casaretto se "estiraron" hasta ciento ochenta.
Mientras tanto, las necesidades integrales de una familia obrera ¡superan los 4.000 pesos por mes!
Los campeones de la "asignación universal" anunciaron su receta: la "universalización" de la miseria.
Para entregar estas monedas, quieren echar mano de los actuales planes Jefes y de las asignaciones familiares.
No quieren poner un peso más de la caja del Estado, que tiene otra prioridad: el FMI, el Club de París, los tarifazos.
Pero en la lista de estos mariscales de la pobreza, se anotan otros.
Los Yasky y los Moyano también aplauden esta "asignación universal", después de tolerar el despido de 400.000 compañeros en el último año.
El porvenir de nuestros hijos y nuestros puestos de trabajo no puede depender de ellos.
En oposición a la burocracia, un nuevo movimiento obrero exige su lugar.
Como en Kraft, en Paraná Metal, en Malhe y en todas las luchas de la clase obrera contra la crisis capitalista.
La miseria política de los Kirchner y sus opositores capitalistas no tiene salida.
La miseria social sí la tiene, en una lucha, una alternativa y un programa propio de los trabajadores.

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