lunes, 10 de marzo de 2008

GAZA

Israel prepara un holocausto

Nuevamente, Israel masacró a los palestinos de Gaza. El ataque de la semana pasada fue mucho más salvaje y mortífero que los anteriores. Hubo más muertos y heridos, particularmente civiles no combatientes, que en la incursión anterior: más de cien muertos, más de la mitad mujeres y niños. Entre las víctimas se cuentan bebés de menos de un año y cuatro niños que han jugado a la pelota en un potrero.

Rana el-Hindi, de la organización "Salven a los niños", informó que "en los últimos tres días, al menos 19 niños han sido asesinados (...) el número de niños hospitalizados crece día a día" (Al Jazeera, 1/3). El director del Centro de Derechos Humanos de Gaza dijo que "el ejército israelí está tomando a civiles como blanco de manera intencional y sistemática" (ídem).

En una sola jornada, la del 1º de marzo, Israel mató más palestinos que en cualquier otro día desde la guerra de los Seis Días, hace cuarenta años.

El viceministro de Defensa israelí amenazó a los palestinos con una "shoá", una palabra hebrea que se refiere al holocausto perpetrado por los nazis contra los judíos. Es decir que los sionistas quieren producir algo que hasta ahora consideraban "único e irrepetible" en monstruosidad. Es la amenaza de un exterminio físico de la masa de la población civil, incluidos niños y mujeres.

La violencia criminal desatada contra la población de Gaza es una salvaje represalia por la heroica movilización de sus pobladores, que hace pocas semanas había quebrado el bloqueo impuesto por Israel.

El Estado sionista aduce que la masacre de mujeres y niños desarmados es un acto de "legítima defensa" frente al lanzamiento de misiles palestinos contra las ciudades de Sderot y Ashkelón, cercanas a Gaza. De esta excusa se valen también los gobiernos occidentales, incluido el argentino, para no condenar la masacre de la población civil.

Más allá de que no hay ninguna equivalencia en los ataques de uno y otro bando (los cohetes palestinos causaron once muertos en siete años; la invasión sionista mató 61 palestinos en un sólo día), el disparo de cohetes por las milicias palestinas es un acto de defensa frente a la opresión nacional, la expulsión de sus tierras y la limpieza étnica en Gaza y Cisjordania. Aunque desde Cisjordania no se lanzan cohetes contra ciudades israelíes, el ejército sionista igualmente opera en sus ciudades, detiene o asesina militantes palestinos en operaciones nocturnas e impone un bloqueo sistemático a la actividad económica y social del pueblo palestino.

El ataque israelí ha dejado en claro el verdadero significado de los publicitados acuerdos de Annápolis, que debían considerar, por enésima vez, el establecimiento del Estado palestino. Annápolis fue la cobertura para dejar las manos libres al ejército sionista para continuar sus ataques contra la población de Gaza.

La inacción del gobierno palestino de Abbas frente a la masacre de la población palestina, lo ha dejado en ruinas. Abbas es considerado un traidor y un títere de yanquis y sionistas, incluso por los propios integrantes de la OLP. Ramzy Baroud, editor del Palestine Chronicle, anticipa un golpe de estado contra Abbas protagonizado por los propios integrantes de Fatah.

El ejército sionista se ha retirado en las últimas horas, una tregua reclamada por Estados Unidos, porque la secretaria Rice emprenderá una gira por Israel en los próximos días. Pero Israel volverá a atacar Gaza. Los corresponsales del diario israelí Haaretz (2/3) no tienen la menor duda: "Todo esto fue parte de un ensayo general (...) Israel está llegando rápidamente al punto en el cual se embarcará en una operación terrestre de gran escala, que puede ocurrir en pocas semanas. Antes de que la operación comience, Israel puede decidir asesinar a los líderes políticos de Hamas".

Luis Oviedo


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